LA ODISEA DE LOS MÁS PEQUEÑOS: UNOS TELONEROS CASI MÍTICOS
Este año, los niños y las niñas de Na Jordana ejercieron de maestros de ceremonia en el acto de exaltación de Marta Ricart Portolés como fallera mayor infantil de su comisión, que tuvo lugar el pasado sábado 26 de enero a las 17:00 horas en el Centro Cultural de la Rambleta.
Antes de la representación del espectáculo de marionetas Ulises, representado por la compañía valenciana Bambalina Teatre Practicable -que tantos premios de la crítica ha recogido a lo largo de su gira por toda Europa y que consiguió captar la atención de mayores y pequeños-, los infantiles de Na Jordana, caracterizados de griegos clásicos, le pidieron a Homero, autor de la obra, que les contara la historia que narra el poema universal, argumento del monumento infantil que prepara Joan Blanch.
Posteriormente, y después de un breve descanso, fueron las musas del Olimpo, Clío, Talía, Euterpe, Terpsícore, Urania, Polimnia, Melpómene, Erato y Calíope, las encargadas de presentar a todos los asistentes a Marta Ricart Portolés como a su máxima representante durante las fiestas falleras de 2013.
Una emocionada Marta recibió la banda acreditativa de su reinado de manos de Júlia Tébar Atienza, fallera mayor infantil saliente, la cual iba caracterizada de Clío, musa de la Historia.
La fallera mayor infantil destacó en su discurso de presentación la acogida que había recibido por parte de todos los miembros de la comisión, agradeció los esfuerzos realizados en el escenario por parte de sus amigos y expresó su deseo de tener como compañeros de viaje en su inminente aventura fallera a todos y todas los componentes de Na Jordana. A su vez, Marta resaltó que, al igual que La Odisea es un clásico de la literatura, Na Jordana lo es en el mundo cultural y de la fiesta fallera.
Entre aplausos y tras la parte protocolaria del acto, los actores y la fallera mayor infantil bailaron un sirtaki para celebrar que “la aventura les espera”.
Gracia,s falleros y falleras de la comisión infantil, y gracias, Marta, por mantener vivo el veneno del teatro y ese toque de distinción que hoy en día son las señas de identidad de Na Jordana.