UN MONTÓN DE ANTIGUALLAS PARA EVOCAR LA NAVIDAD
La mirada a los objetos del ayer nos devuelve los recuerdos con que reescribimos nuestra memoria. Los juguetes, los libros o las baratijas son contenedores de instantes suspendidos en el tiempo. Son bagatelas que nos permiten evocar aquella memoria perdida de la Navidad de ayer a partir de la imaginación. Su exhibición revela huellas visuales enterradas en el álbum familiar de la infancia. Los bibelots navideños del ayer impulsan la memoria involuntaria de la que emana la experiencia festiva y familiar de la vivencia.